¿Qué son los drivers o controladores?
Cada semana recibo preguntas cuya solución pasa por
actualizar o instalar “drivers” o controladores de dispositivos. En Windows, de
hecho, la mayoría de pantallazos azules y reinicios se deben a ellos. Después
de los virus, son los drivers los que más trabajo dan a los técnicos de
reparaciones (y quizá deberían agradecérselo). Pero el propósito de los drivers
no es causar problemas, sino solucionarlos.
Sin drivers no podrías jugar, imprimir documentos o
reproducir música. “Pero eso lo hace el hardware”. Sí, pero el hardware no se
controla solo: necesita órdenes. Esas órdenes las da el sistema operativo
(Windows), que las envía en un idioma abstracto, un “latín” que los
dispositivos no entienden. Para que cada aparato sepa qué se le pide, hacen
falta programas que traduzcan cada comando de Windows. Esos programas son los
drivers.
¿Qué son los drivers o controladores?
Los drivers son programas especiales que permiten al sistema
operativo comunicar con las partes del ordenador, que “conducen” los mensajes hasta
su destino. Son mensajeros sin los cuales Windows no sabría hacer casi nada. Tu
impresora, por ejemplo, se encarga de poner sobre el papel todo lo que ves en
la pantalla de Word o Firefox, pero Windows no sabe nada acerca de cuánta tinta
hay que usar ni dónde hay que ponerla. Al ordenar la impresión, es el driver
quien toma nota y le habla a la impresora.
Las aplicaciones hablan con el núcleo del sistema (en
amarillo), quien a su vez pasa las órdenes al hardware a través de los
controladores de dispositivos. Todo se hace a través de llamadas estándar, o
API. (fuente)
No todos los dispositivos necesitan la instalación de
drivers. Los que son esenciales para el funcionamiento de un PC vienen
incluidos de fábrica; es el caso de procesadores, discos y memorias. Cuando el
dispositivo tiene una parte esencial y otra no, el soporte incluido por el
sistema es básico; por ejemplo, cuando no hay controladores, las tarjetas
gráficas muestran las ventanas, pero no los efectos especiales. Es como si el
driver tuviera únicamente un diccionario básico a disposición.
No hay que confundir driver con firmware; el segundo va
dentro de la zona gris (fuente)
Incluso cuando no son indispensables, los drivers oficiales
y actualizados permite mejorar el rendimiento de los dispositivos y del PC.
Esto es así porque, a diferencia de los drivers genéricos, los controladores
oficiales contienen instrucciones mejoradas, que solo el fabricante del
dispositivo puede aprovechar al máximo. Usar buenos drivers equivale a darle nueva
vida a una tarjeta gráfica o una impresora, y su actualización resuelve
problemas que de otro modo requerirían gastos cuantiosos.
¿Quién crea y actualiza los drivers?
Cuando un fabricante lanza un nuevo dispositivo al mercado,
se encarga también de crear y distribuir los controladores para los principales
sistemas operativos. Si no lo hace, o si lo hace mal, el dispositivo no
funcionará correctamente y obtendrá una publicidad negativa que, como eso
obvio, no ayuda las ventas. Es por ello que, mientras dura el ciclo de vida de
un producto y se le dé soporte, el fabricante lanza nuevas versiones de sus
drivers. Cuando el producto se deja de vender, los drivers oficiales dejan de
actualizarse.
http://articulos.softonic.com/que-son-los-drivers-controladores
NVIDIA distribuye incluso las versiones Beta
(experimentales) de sus drivers
La comunidad de usuarios también crea o modifica drivers,
sobre todo cuando el fabricante deja de proporcionar versiones actualizadas de
sus controladores, pero también cuando los drivers son de calidad decepcionante
o incompatibles. Muchos de los drivers libres o de código abierto nacieron por
la falta de interés de los fabricantes por el sistema Linux. Hoy en día, por
suerte, la situación ha cambiado, y son cada vez más los fabricantes que crean
drivers que la comunidad puede mantener por su cuenta.
Los drivers gráficos Omega no son oficiales, pero muchos
aficionados los prefieren
¿Qué es mejor, un driver oficial o uno no-oficial? Ante la
duda, es mejor usar drivers oficiales y que han pasado los controles de calidad
del fabricante y del sistema operativo. Ahora bien, cuando no hay controladores
actualizados para tus dispositivos o cuando los que hay no son satisfactorios,
llamar a la puerta de los drivers de código abierto o modificados es una opción
a tener en cuenta.
¿Por qué los drivers son tan problemáticos?
Debido a lo delicado que es su trabajo, es muy fácil que los
drivers cometan errores, sobre todo si se han programado deprisa y corriendo.
Su trabajo se efectúa a un nivel tan básico que el error más nimio puede
desestabilizar el PC. Por ejemplo, si el sistema pide al driver de la tarjeta
gráfica que cambie el tamaño de la pantalla y el driver dice algo erróneo a la
tarjeta, aparecerá un error crítico, un pantallazo azul. Es como quitarle a
alguien el suelo de los pies: el resultado es una caída dolorosa e inevitable.
Un pantallazo azul provocado por un driver defectuoso
(fuente)
Los drivers no solo causan problemas cuando están mal
hechos, sino también cuando no existen o son incompatibles. Sin un driver, el
sistema operativo no es capaz de “ver” el dispositivo que hay en las entrañas
del ordenador. Como he indicado más arriba, la falta de un driver oficial
compatible se puede suplir con controladores de código abierto, pero también
recurriendo a herramientas de búsqueda de drivers, como Ma-Config o DriverMax.
Los drivers obsoletos no aprovechan al máximo el dispositivo, así que conviene
tenerlos al día.
Ma-Config ayuda a detectar, descargar y actualizar drivers
Pero cuidado: a veces, los drivers nuevos también puede ser
fuente de problemas, sobre todo cuando se trata de grandes controladores que
sirven para muchos dispositivos. En el caso de las tarjetas gráficas, por poner
un ejemplo clásico, hay que actualizar con cuidado, y leer la lista de cambios
para ver si las mejoras afectan también al modelo de dispositivo que se posee.
De no ser así, es mejor ignorar la nueva versión y seguir con el viejo pero
fiable driver que has estado usando hasta ese momento.





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